Y de pronto ha pasado un año. Un año entero desde que el fatídico 11 de Marzo de 2011 cambiara para siempre la vida de todos los que vivimos en Japón. No quiero volver a echaros en cara el número de muertes y desaparecidos, los kilómetros cuadrados afectados ni los miles de desplazados por el incidente de Fukushima… estoy seguro que a estas alturas ya lo habréis oído mil veces. Y no es mi intención insistir con este siniestra enumeración de datos.
Los aniversarios son un buen momento para echar la vista atrás y reflexionar. Esto ocurre después de un suceso trágico, un acontecimiento que altera la vida de tanta gente de forma simultanea. Pensar sobre qué ocurrió, por qué ocurrió y cómo podemos evitar algo parecido en el futuro es algo natural y positivo que nos ayuda a afrontar el futuro aprendiendo y recordando el pasado.
Es importante recordar y conmemorar a los que nos dejaron, para mantenerlos vivo en la memoria y porque siempre formarán parte de nuestras vidas. No debemos vivir sin pasado, y toda sociedad necesita enfrentar el futuro conciliándose con su pasado.
Sin embargo, hoy quiero señalar algo que vengo observando últimamente y no deja de preocuparme. El interés generado por la tragedia del 11 de Marzo trae oculto un lado oscuro que camuflado por la preocupación generada por la tragedia humana del 11 de Marzo está produciendo ciertos efectos perversos.
Yo los llamo “homenajes envenenados”. Revestidos de acto conmemorativo, cobertura informativa especial o en acto solidario con las victimas que resultan algo más que sospechoso ya que su objetivo no es conmemorar a nadie salvo a sus propios intereses; llámalos electoralismo, audiencia o simplemente colgarse una medalla. Todo con el dudoso honor de usar el nombre de las victimas y de la catástrofe.
El 11 de Marzo de 2011 ha marcado a Japón y a todos los que vivimos aquí. Solo el trabajo y la solidaridad conseguirán que superemos las dificultades. Creo que el aniversario del 11-M es un buen momento para echar la mirada atrás y reflexionar juntos.
¿Y ustedes qué opinan? Me gustaría escuchar su opinión
Un saludo tokiota
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